CIRUGÍA REFRACTIVA

MIOPÍA

 

La miopía es un problema de la refracción, que se manifiesta cuando el paciente percibe borrosos los objetos lejanos, debido a que la imagen se forma delante de la retina, puede ser porque la córnea, el cristalino o ambos son muy potentes, o porque el ojo es más largo de lo normal.

La miopía no se puede considerar una enfermedad siempre y cuando no supere una determinada graduación. Es un defecto óptico de refracción que es producto de variaciones biológicas normales del sistema visual que producen un fallo en la correlación entre los diferentes componentes del ojo (curvatura corneal, potencia del cristalino, longitud axial y profundidad de la cámara anterior).

Los síntomas de la miopía pueden presentarse desde la infancia y pueden aumentar con el paso del tiempo al producirse cambios en la graduación. Generalmente la miopía tiende a estabilizarse a partir de los 18 años.
La pérdida de la visión nítida se puede corregir con Cirugía Refractiva Láser, con el uso de anteojos o con lentes de contacto.

 

HIPERMETROPÍA

 

La hipermetropía es un error del enfoque visual que generalmente se manifiesta con una visión borrosa e incómoda de cerca, aunque, a partir de cierta edad, también se ven mal los objetos lejanos.

En el caso de los niños o jóvenes que padecen hipermetropía si su graduación no es muy alta, pueden no manifestar molestias visuales ya que compensan mediante la acomodación (el cristalino incrementa su potencia aumentando su espesor y curvatura por la contracción de los músculos que lo rodean). El continuo esfuerzo de acomodación puede provocar síntomas como fatiga visual y dolores de cabeza.
En el caso de los pacientes mayores de 40 años, la hipermetropía puede confundirse con la presbicia o vista cansada, que genera pérdida de la capacidad de enfocar de cerca y que se ocasiona con el paso del tiempo.

En el paciente hipermétrope, la imagen se enfoca detrás de la retina y no directamente sobre ella. Este fenómeno se presenta porque el ojo del paciente hipermétrope es más corto de lo habitual, o porque la potencia óptica de su cristalino y/o de su córnea es menor de lo normal. Este defecto de la refracción afecta a la mayor parte de los recién nacidos, ya que su sistema visual todavía no está completamente desarrollado (hipermetropía fisiológica), pero durante el periodo de crecimiento tiende a corregirse.

Cuando el problema persiste y no se corrige de forma adecuada, pueden desencadenarse otras alteraciones visuales, como el ojo perezoso. La hipermetropía no se puede prevenir, pero, especialmente en el caso de los niños, es muy importante detectarla precozmente para ser corregida, por eso son muy importantes las revisiones oftalmológicas periódicas y completas. La pérdida del enfoque se puede corregir con Cirugía Refractiva Laser, con el uso anteojos o con lentes de contacto.

ASTIGMATISMO

 

El astigmatismo es un problema refractivo que se produce cuando la córnea (la capa externa y transparente del ojo) no presenta la misma curvatura en todas sus zonas. En el caso del astigmatismo, la luz procedente de los objetos y que entra en el ojo se enfoca en más de un punto de la retina. Esto provoca una visión borrosa y distorsionada, ya que en los ojos emétropes (sin graduación) la imagen de los objetos se enfoca en un único punto de la retina.

En general, el principal síntoma del astigmatismo es la percepción borrosa o distorsionada, tanto de los objetos lejanos como de los objetos cercanos. También es habitual la dificultad para percibir pequeños detalles a todas las distancias. En los casos en los que el astigmatismo aparece asociado a la hipermetropía es habitual que el paciente sufra fatiga visual o dolores de cabeza debido al sobreesfuerzo que realiza el ojo para enfocar las imágenes.

El enfoque y la nitidez visual se puede corregir con Cirugía Refractiva Laser, con el uso de anteojos o con lentes de contacto.