TOXINA BOTULÍNICA UN APORTE PARA LA OFTALMOLOGÍA
En la actualidad vivimos un auge de la Medicina Estética donde se realizan diversos procedimientos y se utilizan productos para mejorar la calidad y elasticidad de la piel como la Toxina Botulínica, más conocida comercialmente como Botox@.
La Toxina Botulínica ha sido de gran aporte para la Oftalmología, su desarrollo fue inicialmente para tratar patologías oculares
¿Cuál fue el uso inicial de la Toxina Botulínica en la oftalmología?
En 1973-1989 Alan Scott, oftalmólogo americano fue el primero que usó una dosis de toxina botulínica para tratar las desviaciones de los ojos, el estrabismo, aportando a esta rama de la medicina, una estupenda alternativa que implicaba menor riesgo que la intervención.
Curiosamente, su esposa, médica dermatóloga observó que al aplicar la toxina botulínica se atenuaban las líneas de expresión del área de los párpados (arrugas) lo que llevo a ampliar su uso para fines cosméticos. Difundiendo su uso a todas las especialidades medicas y dejando de lado las indicaciones para enfermedades perioculares y faciales.
¿Qué es la Toxina Botulínica?
La toxina botulínica es una neurotoxina elaborada por una bacteria denominada Clostridium botulinum que se encuentra comúnmente en las plantas, en el suelo, el agua y el tracto intestinal de los animales.
La toxina botulínica posee la capacidad para producir parálisis muscular, por eso es aprovechada desde el punto de vista clínico para tratar ciertas enfermedades neurológicas que cursan con una hiperactividad muscular.
Su uso se ha extendido no sólo en el ámbito médico, sino también en otras áreas como en la estética. La neurología es una de las especialidades médicas en la que la toxina botulínica aporta grandes beneficios terapéuticos.
Otras de las indicaciones frecuentes de la toxina botulínica es su uso para tratar la hiperhidrosis, sudoración excesiva en palmas y/o axilas.
¿Cómo funciona?
La toxina botulínica actúa de forma local mediante el bloqueo de la liberación de acetilcolina, lo que se traduce en parálisis muscular temporal.
Al ser aplicada en los músculos del área periocular se bloquean las terminaciones nerviosas colinérgicas produciendo una inactividad, reflejándose en la pérdida de la contracción de los musculos de la mímica del área de los párpados.
¿Qué usos tiene en la oftlamología?
La toxina botulínica es utilizada para beneficiar a pacientes con diferentes alteraciones como:
Pacientes que padecen parpadeo involuntario, incapacitante como es el Blefaroespasmo, Espasmo Hemifacial o TICS.
Pacientes con retracción palpebral secundaria a enfermedad tiroidea.
Foto de paciente tratado con Toxina Botulinica, ANTES – DESPUÉS.
Pacientes con lagoftalmos y lagrimeo secuelas de una parálisis facial.
Ademas manejamos asimetrías faciales con Toxina Botulinica secundarias de la parálisis facial.
Ver video.
Pacientes que con los años desarrollan ojo seco y que con los tratamientos convencionales de lubricación no mejoran. Tratamos con Toxina Botulinica la zona interna inferior del párpado inferior cerca al punto lagrimal para atenuar el drenaje lagrimal.
Pacientes mayores con cambios en la posición del margen palpebral que rota hacia adentro del ojo (Entropión).
Se tratan con 3-5 unidades de Toxina Botulinica en tercio medio restándole contracción al musculo orbicular reposicionando el margen palpebral.
¿Cuánto dura el efecto de la toxina botulínica?
Su duración tiene un promedio de 6 meses.
¿Cuál especialista es conveniente consultar para estos tratamientos?
Al Oftalmólogo supra especialista en Cirugia Plastica Ocular quien con su conocimiento orienta e individualiza cada tratamiento.
¿Se presentan efectos secundarios con la aplicación de la toxina botulínica?
Si, uno de los posibles efectos secundarios es la caída del párpado superior que es reversible tomando de 4 a 6 semanas para su corrección espontánea.
La desviación de los ojos (Estrabismo) genera visión doble (diplopía) ocasionando incapacidad de 4 a 6 semanas revirtiéndose espontáneamente.